Me atrasé con el blog!!!

One does not simply walk into Mordor...

20 minutos a pie, y se llega al pueblo más cercano, llamado Verneuil-sur-Avre. Allí fue donde comencé a ver un poco más de la vida francesa: las construcciones, la disposición de las tiendas, los horarios, los precios, los productos; la inconfundible mezcla atemporal de lo que alguna vez fue Verneuil-sur-Avre en sus años dorados, con la comodidad del siglo XXI, generando un peculiar ambiente de turismo forzado donde lo antiguo se desvanece, y las miradas no siempre expresan  la más cálida bienvenida a los extranjeros. Sin embargo, todos disfrutamos de la visita casi diaria al pueblo, facilitada por la corta distancia desde nuestro alojamiento, pero obstaculizada por el arduo trayecto que significaba atravesar aquella distancia en medio del despiadado sol de verano.

En Verneuil conocí por primera vez una autentica boulangerie, con su hipnotizante aroma que impide a cualquiera de no entrar, así sea por pura curiosidad. No comimos nada allí porque pues, simplemente, no creo que alguien prefiera un baguette (que por cierto quiere decir ‘vara’ en Francés, osea, Pan Vara) a una bebida refrescante en medio del caluroso clima. Empecé a usar euros, y me di cuenta que no cambio los pesos por nada, o por lo menos hasta que me acostumbre a esta extraña moneda. Sin más ni menos, las fotos del pueblo:

L'église

Hey son, what are ya doin'?

Chillin'

FIREMEN TO THE RESCUE!!!1!1

Un monumento de algo